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lunes, 27 de junio de 2011

MA

Nos cabe el orgullo a los mexicanos de poseer varios récords en el libro Guinness. Para elevar a nivel internacional la Feria de Puebla de los Ángeles, el 13 de mayo del 2005, se preparó la cazuela de mole más grande del mundo, que fue inscrita en el mencionado libro de marcas mundiales. La cazuela, conteniendo el sabroso platillo oriundo de esta región, midió 1 metro 400 centímetros de base por 1 metro 900 centímetros alto, contuvo 800 kilos de pasta de mole, 2,500 kilos de pollo y 1,600 litros de consomé. Ese día comieron mole 11,000 personas, para lo cual fueron necesarios 1,500 kilos de tortilla.
El 3 de diciembre del 2006, la artesanía nacional se cubrió de gloria al establecer el Récord Guinness de la piñata más grande del mundo. Un caballo gigante de 14.6 metros de alto por 16 de ancho fabricado con madera, metal, formi, cartulina, periódico y otros materiales, menos barro, el elemento natural de las antiguas piñatas. Por su forma de caballo aunado al hecho de haber sido armada en el parque de diversiones Six Flags y patrocinada por las trasnacionales Microsoft y Xbox, no faltaron algunos antiimperialistas que manifestaron que la piñata no fue creada para imponer una marca mundial, sino como una moderna metáfora del Caballo de Troya.
El 14 de febrero del 2009, la muy noble y leal ciudad de México rompió el récord de mayor número de ciudadanos besándose de manera simultánea. Fueron 39,897 mexicanas y mexicanos que se dieron un picorete salivón para romper la marca de 32,648 personas que se habían besado en Londres en el 2007. Aquí cabe una extrañeza: ¿Por qué fueron 39,897 personas, número non, y no 39, 898 o 39,896, números pares? La razón es muy simple desde el punto de vista del surrealismo mexicano: hubo uno que besó a una muñeca inflable y se enfrascó en una muestra de amor con ella. “Porque es lo que más quiero en la vida” -dijo el poseedor del juguete erótico. Esto es auténticamente verídico, fueron varios los periódicos que así lo consignaron. Con este acto el individuo, del que no he podido saber su nombre, no sólo contribuyó a imponer un nuevo Récord Guinness, sino también pasó a la colección gringa de Ripley, ¡aunque usted no lo crea!
El 7 de diciembre del mismo 2009 -año de la crisis que vino de fuera-, la ciudad de México se dio el lujo de establecer el récord del Árbol de Navidad más grande del mundo, según lo validó el español Carlos Martínez, representante del libro Guinness. El árbol instalado en Paseo de la Reforma, de 110 metros 35 centímetros de altura, 35 metros de diámetro y 330 toneladas de peso, superó por 24 centímetros al colocado en Aracaju, en Brasil. Del montaje se ocuparon 200 personas que trabajaron durante 39 días.
Otros récords mexicanos registrados en el libro de marras: el pastel más grande del mundo: 291 metros 30 centímetros y 80 toneladas de peso, elaborado por 220 familias de reposteros del estado de Hidalgo. La Rosca de Reyes de mayor tamaño hecha en el orbe, manufacturada en el Distrito Federal por 3,000 panaderos, con un peso de 10 toneladas y media y 720 metros de largo (sic, que se hace rosca).
Este textoservidor tiene información confidencial de que muy pronto nuestro país impondrá dos récords más: el chile relleno más grande del mundo (en un huerto poblano sembraron un chilar al que todos los días riegan con clembuterol) y el del candidato a Gobernador capaz de decir más mentiras por minuto (la competencia está muy cerrada, por lo que sugerimos que los contendientes sean sometidos a la prueba del polígrafo).
La libró, lo pescaron, la libró
Mientras nos preparamos para imponer esas dos nuevas marcas mundiales, por medio de este escrito esta columna se honra en postular ante los editores del Guinness World Records, al ingeniero Jorge Hank Rhon por haber sido, hasta la fecha, el único ser humano que en el lapso de 12 horas fue liberado, detenido, arraigado y puesto en libertad.
De tal hazaña podemos dar fe millones de mexicanos que atónitos nos enteramos, a través de los medios de comunicación, del devenir de los hechos que a continuación, de manera muy breve por conocidos, pongo a su consideración: En atención a una denuncia interpuesta por un ciudadano víctima del insomnio, la madrugada del 4 de junio del presente, elementos del Ejército mexicano localizaron a tres individuos que traían armas y que a leguas se veía que no tenían los correspondientes permisos para portarlas, por lo que fueron detenidos en las inmediaciones del hotel Palacio de la ciudad de Tijuana. Dichos individuos de manera voluntaria llevaron al personal militar al lugar donde se encontraba el arsenal del que se proveían de armamento. En tal lugar se encontraba dormido, pero soñando que cometía un delito, el ingeniero Jorge Hank Rhon, razón por la que fue detenido en flagrancia. Ahí mismo fueron localizadas y confiscadas 88 armas de alto poder.
Trasladado a la SIEDO -Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada- en la ciudad de México, junto con 10 personas más, supuestamente encargadas de su seguridad, fueron consignados ante un juez federal por acopio de armas. Se pasó por alto la acusación de asociación delictuosa. (La defensa alegó que en el flagrante sueño el ingeniero delinquía solo).
La madrugada -en México tenemos una inclinación a hacer todo en lo oscurito- del jueves 9 de junio los detenidos -Hank incluido- fueron trasladados al penal de El Hongo, en Tecate, Baja California.
El martes 14, obviamente de madrugada: 4:31 horas, la jueza IX de Distrito con sede en Tijuana, Blanca Evelia Parra Meza, notificó la liberación técnica de los detenidos “por falta de pruebas”. A las 5:23 horas el ingeniero Hank fue liberado de El Hongo. Un minuto después fue aprehendido por la Procuraduría estatal -¿qué hongo?- para investigarlo por un supuesto asesinato. El también presunto empresario fue arraigado en el hotel San Luis, de Tijuana. La Procuraduría estatal anunció que estaría bajo arraigo 40 días. El hotel es de dos estrellas, el detenido de cinco. Tal vez esta característica influyó para que un juez local negara el arraigo. A las 17.55 horas es liberado.
A las 18:05 el circunscrito ingeniero llega a su casa. A las 18:15 horas -me imagino- comenzó la fiesta que al momento de escribir estas líneas -supongo- aún no acaba.
Señores editores del Guinness World Records, espero que tomen en cuenta mi sugerencia e incluyan este récord mundial (decidan ustedes si de impunidad o de justicia expedita) en la próxima publicación de su afamado libro.
P.D. Si mi propuesta fuera tomada en cuenta, les suplico atentamente que no dejen de mencionar junto con el honorable nombre del señor ingeniero Hank a las titulares de la Procuraduría General de la República y de la SIEDO, licenciadas Marisela Morales y Patricia Bugarín, respectivamente, así como a los titulares de las secretarías de la Defensa Nacional, general Guillermo Galván Galván, y de Gobernación, licenciado Francisco Blake Mora, por su entusiasta participación en la adquisición de este récord mundial para nuestro país. 
Qué temprano se hizo tarde
Próximo a cumplir años, reflexiono sobre el tiempo transcurrido. Todo lo que la vida me ha dado, lo bueno y lo malo, me lo he merecido. George Bernard Shaw expresó: “Sólo un loco celebra que cumple años”. Opino igual que el escritor irlandés, por eso no revelaré la fecha de mi aniversario y menos los años que cumpliré, tengo los que represento, ni uno más ni uno menos. No quiero que en ese día me toquen las mañanitas ni me hagan regalos. No quiero pastel ni apagar velitas. Deseo, eso sí, agradecer a los que me quieren; a los que me enseñaron y a los que me siguen enseñando; a los que me emplean y que al darme trabajo me mantienen vivo; a los que me ofrecen su amistad; a los que me soportan; a los que me leen, a todas las personas de buena voluntad que con su ejemplo pregonan que no todo está podrido en nuestro amado país.
Oí por ahí
Lo dijo Groucho Marx: “Si sigues cumpliendo años, acabarás muriéndote”.

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